Descripción
- Reducción de Grasas Saturadas y Trans: Limitar el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, como carnes grasas, embutidos, lácteos enteros y productos de panadería. Evitar las grasas trans encontradas en alimentos procesados y fritos, como comidas rápidas y aperitivos envasados.
- Aumento de Fibras Solubles: Las fibras solubles ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL. Incluir alimentos ricos en fibras, como avena, cebada, legumbres, frutas (manzanas, peras, naranjas), verduras (brócoli, zanahorias) y frutos secos (almendras, nueces).
- Grasas Saludables: Incorporar grasas saludables en la dieta, como aceite de oliva virgen extra, aguacates, nueces y semillas. Estas grasas pueden ayudar a aumentar el colesterol HDL (colesterol «bueno») y reducir el colesterol LDL (colesterol «malo»).
- Alimentos ricos en Omega-3: Consumir pescados grasos como el salmón, la caballa, el arenque y las sardinas, que son ricos en ácidos grasos omega-3. También se pueden incluir fuentes vegetales de omega-3, como semillas de chía, semillas de lino y nueces.
- Limitación de Azúcares y Almidones Refinados: Reducir la ingesta de azúcares añadidos y alimentos procesados ricos en carbohidratos refinados, como productos de panadería, galletas y bebidas azucaradas.
- Incremento de Frutas y Verduras: Consumir una variedad de frutas y verduras frescas, que son ricas en antioxidantes, vitaminas, minerales y fibra dietética.
- Control del Peso Corporal: Mantener un peso corporal saludable mediante una dieta equilibrada y ejercicio regular puede ayudar a controlar los niveles de colesterol.
- Limitación de Sal: Reducir el consumo de sal y alimentos procesados con alto contenido de sodio, ya que el exceso de sodio puede aumentar la presión arterial y el riesgo de enfermedades cardíacas.
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